Padre Luis Tezza

Arturo Luis María Carlos Alejandro Tezza nació en Conegliano, provincia de Treviso, Diócesis de Vittorio Véneto, Italia, el 1º de noviembre de 1841. Sus padres eran: Augusto y Catalina Nedwiedt. El papá era médico y supo infundir en el pequeño el amor a los enfermos. En 1841 se trasladó con su familia a Venecia donde en 1843 se le asignó empleo en la localidad de Dolo. Aquí se distinguió por su capacidad profesional y dedicación a los enfermos, en el año 1850 fallece. La madre, de profunda riqueza interior y espíritu de fe, pudo superar las dificultades. Luego de la muerte del esposo regresó a Conegliano y educó a su hijo. Lo siguió con amor hasta que el joven le comunicó el deseo de ser religioso y sacerdote. Así, el 29 de Octubre de 1856 el padre prefecto fue a Verona para presentar al noviciado al joven Luis Tezza, quien con heroico ejemplo, se separó de su madre siendo hijo único, para seguir la voz de Dios. Al término del mismo año, 1856, Catalina, luego de haber renunciado y donado sus bienes a los pobres entró en el monasterio de San Francisco de Sales, recibiendo en la profesión religiosa el nombre de Francisca Camila. Vivió ejemplarmente. Murió el 28 de Agosto de 1880. Vistió el hábito religioso el 8 de Diciembre del mismo año, 1856 y el día de la Inmaculada de 1858 emitió la Primera Profesión de los Votos Religiosos. Prosiguió el estudio de teología y el 21 de Mayo de 1864 fue Ordenado Sacerdote en Verona. Dotado de gran inteligencia, de gran criterio práctico y sobre todo de gran piedad, se conquistó el aprecio de los superiores, que no dudaron en confiarle importantes cargos. Fue repetidas veces, Maestro de novicios, Superior, Provincial y desde el año 1889 al 1895, Procurador General de la Orden. Desarrolló su actividad durante varios años en Francia donde contribuyó muy eficazmente a la fundación de una nueva Provincia religiosa camiliana. En 1877 fundó una casa en Lille (Francia) y fue precisamente aquí donde nació la idea de fundar una nueva Congregación Camiliana femenina que se dedicara a asistir a los enfermos, con el mismo ideal de Camilo de Lellis. Circunstancias especiales no le permitieron realizar enseguida el proyecto concebido, pero elegido para formar parte de la Consulta General de la Orden, quedó por ello encargado en el año 1891, de restaurar las antiguas terciarias camilianas. A fines del año 1891 el Padre Tezza, se encontró con la joven Judith Vannini, alma designada por Dios para dar comienzo a la obra. Con ella pudo llevar a feliz realización la fundación de la Congregación de las Hijas de San Camilo. En el año 1900 fue nombrado Visitador de la Casa de la Buena Muerte, Convento de los Padres Camilos en Lima, Perú, donde acabada su misión tan delicada en aquel lugar, cuando se preparaba para regresar a Europa, le retuvo el Delegado Apostólico, Monseñor Pedro Gasparri -más tarde Cardenal- obligándole a no abandonar la capital del Perú. Más tarde el Cardenal dijo: "en el Padre Tezza había visto yo al hombre inspirado por Dios para ser la providencia de Lima". El Padre aceptó con gran generosidad este sacrificio heroico que se le pedía y durante veintitrés años hizo honor al mandato, consagrando todas sus energías al mayor éxito de la obra de restauración religiosa en la ciudad, en medio de la admiración y edificación de todos. Murió en Lima el 26 de Septiembre de 1923 a la hermosa edad de 82 años. Su desaparición fue considerada de gran luto para toda la ciudad. Sus hermanos de religión asociados a la admiración y a la veneración del pueblo que lo aclamaba como al Santo de Lima dijeron de él: " su misión fue la del Apóstol, pasó entre nosotros como una visión del cielo; siempre bueno y humilde; afable y caritativo"                                                                                                                                                           Volver


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